miércoles, 15 de agosto de 2012

El hombre de hojalata


Siento miles de abrazos, gestos de amor, expresiones de cariño,
Siento miles de sensaciones que supongo son lindas pero…
En realidad no siento nada…
Porque no atraviesan mi piel de metal…
Y si pudiera lloraría porque es triste lo que escribo,
Porque estoy hablando de mi… de mí y nadie más…
Esta vida recia me endureció con fortaleza,
Me hizo más fuerte pero a cambio se llevó algo,
El tiempo hizo mella para convertirme sin darme cuenta…
En este lindo y gris hombre de hojalata…

Siento miles de besos, muchos abrazos, palabras de amistad,
Siento un mundo latiendo en mis manos pero…
En realidad no siento nada…
Y rompería en un instante esta agonía si pudiera,
Porque estoy hablando de mi… de mí y de nadie más…
Como un bastión de crueles asesinos del alma,
Caigo esclavo de la gravedad hacia dentro de mí
Intentando entender cuando fue que dejé de vivir…
Siendo que una vida sin amor es como caminar muerto,
Mientras todo este maldito tiempo hizo mella en mí…
El universo pasaba al unísono del reloj mientras yo me convertía…
En este lindo y gris hombre de hojalata…

Siento miles de abrazos, gestos de amor, expresiones de cariño,
Siento miles de sensaciones que supongo son lindas pero…
En realidad no siento nada…
Voy a pedirle perdón al destino si tenía planes para mí,
En este viaje todavía espero en el andén,
Porque mi cuerpo ya no es frágil y estoy listo para crecer,
Sólo me voy a tomar unos instantes más para pensar,
En qué momento fue que me convertí…
En este lindo, frio, triste y gris hombre de hojalata.

Complicado de entender

Complicado de entender… ese soy…
Pasajero del tren del olvido transitando el valle oscuro, la soledad, la batalla contra mi mismo...
Guerra tras guerra, golpe tras golpe…
Incesables suspiros de paz exhala mi alma al compás de un grito y un viejo vals,
Buscando ese impetuoso silencio ensordecedor, puro e impoluto…
Mientras todo sucede, pierdo los detalles, pierdo la esencia,
Simplemente me diluyo en la inmensidad de mi ego, en la nada misma que este produce,
Ahogado por un corazón que sólo sabe latir y una mente que no sabe perdonar,
Atormentado por lo que la luz deja ver y rechazando lo que en verdad es,
El ocaso de mi presencia imbatible es inminente… lo sé…
Como una flecha que mutila el viento en una interminable parábola con destino a mi centro,
Espero la luz del Sol cada día…
Como el errante que espera la muerte con los ojos abiertos…
Tan triste… tan incompleto… tan impropio… tan real… tan mío…
Mil cartas para jugar, unos cientos más de trucos para mostrar,
Sin embargo no puedo ver mi reflejo en el espejo más simple,
Confundido y taciturno en la amalgama de la noche y la tristeza,
Gasto vida…
Gasto vida por tener miedo a ganarle,
Porque…
Complicado de entender… ese soy.