A sangrar se aprende sangrando únicamente,
Pero… ya te he perdonado,
Por más que amarte fue tan mágico,
Lo nuestro fue para siempre y duró solo un momento.
Las lágrimas en tus mejillas aun son tatuajes en mi corazón,
Guardaré ese recuerdo hasta la eternidad,
Me escudaré diciendo que es mejor la realidad que un falso sueño,
Pero aun así, me dolió despertar…
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