lunes, 24 de enero de 2011

El beso de un ángel

Miraba en el fondo de un estanque los reflejos claroscuros del sol,
El agua acunaba la imagen desdibujada del todo,
Mientras en un eterno suspiro dejaba salir mi congoja a tomar fresco…
Sin embargo, esto no penetraba mi tranquilidad pagana de humano simple.

Atravesando páramos pocos visitados de mi mente,
En un suspiro cantaba un ave mientras la luz aun resplandecía,
Inerte, inmóvil, estático y pensante,
Como pasajero del tren de la muerte disfrutaba de la tarde bajo un árbol…
Pero había algo que me faltaba…
No podía precisar que era pero sentía su ausencia…
Como en esos momentos donde nos sentimos completos pero con un faltante,
Algo tan pequeño que es imperceptible pero a la vez tan vital para continuar respirando,
Esa sensación que muchas veces hemos tenido,
Por más distraídos que hayamos estado en esta danza celestial…

El atardecer se esfumó en el horizonte y ardió el cielo extraviando al sol en la noche,
La luna apareció para dar comienzo a lo que faltaba,
Parpadeando de manera pesada, mis suspiros aun exclamaban lo que no había llegado,
Lo que con poco entre cortaba mi respiración,
Lo que tenía esa osadía de estar presente en mi inconsciente,
Pero que todavía no podía saber que era…

Al anochecer pasaba como un cometa roza el techo de estrellas,
Dándole paso como en un gesto de buenos caballeros,
Al crepúsculo para que concluyera su labor trayendo de nuevo al día,
Esta vez convertido en mañana…
Sin nubes y con luces de hadas…
Tan sólo puedo describir una sola sensación…
De repente mi boca se vio envuelta en llamas de seda,
Con fragancia a universo infinito y el sentimiento apaciguado,
La completa ambivalencia de mi espíritu esta vez fue una sola,
Y con mis ojos cerrados llegó el premio divino jamás buscado,
Pero el faltante siempre esperado para completar mi pulso,
Entre jirones de vapor y la tímida brisa del hoy,
El beso de un ángel se posó sobre mí para elevar mis sentidos
Y extraviar mi silencio en una ola rabiosa de dolor…

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